Esta obra de Podre realizada en 2024, es una ilustración a tinta con rapidógrafos sobre papel Super Alfa 250g de gran tamaño 87x60cm. El tema trata el carnaval desde la peculiar visión de nuestro artista. Podre, propone que viajemos a los orígenes del término carnaval, reflexionando sobre lo primitivo y místico de esta celebración. Al igual que la cultura es una mezcla de costumbres, Podre conjuga en una misma imagen varios hipotéticos orígenes y diferentes referencias culturales a la misma celebración.

La figura central, un humano con cabeza de toro y seis brazos, representa al dios Baal. Una buena pista, de que se trata de este personaje, es el templo que encontramos al fondo, el Templo de Baal en Palmira, destruido en 2015 por el ISIS. En la antigüedad de Asia Menor, Baal fue el dios de la lluvia, el trueno y la fertilidad. Los cultos a Baal se relacionan con la agricultura y los ritos de fertilidad de los pueblos de la antigua región de Canaán, quienes invocaban a este dios para que hubiera lluvias, las cosechas fueran propicias y hubiera pasto para el ganado. Se le representaba como un guerrero o como un becerro, y de ahí la metamorfosis creada por nuestro artista: cuerpo de guerrero y cabeza de becerro con grandes cuernos.  Algunos historiadores sitúan en estos tiempos las primeras celebraciones del carnaval (carne a Baal). Entonces se celebraba el fin del invierno, el comienzo de la primavera y la siembra. En la ilustración, el uso del fuego y la pila de calaveras a los pies de Baal, refieren a las ofrendas de carne humana que en estas fiestas se hacían al dios, así como el incensario que balancea en la mano, remite a los utensilios ceremoniales. Asociado al dios Baal encontramos a Baël, un demonio considerado por cristianos como el asistente personal de Satanás. Baël tiene cabeza de sapo, de gato o de humano con corona, además de tener varios brazos o patas, en la ilustración podemos encontrar estos símbolos de Baël metamorfoseados con Baal.

Como una referencia a su lugar de origen, Portugal, Podre ha colocado varios personajes alrededor de la figura principal haciendo tropelías e intentando asustar al espectador, ilustran a los Caretos de Podence y Lazarim. Se trata de misteriosas y diabólicas figuras que en las fiestas de Carnaval salen con cencerros y campanillas a recorrer las aldeas dando saltos y gritos perturbando a los habitantes. Los árboles que enmarcan el conjunto de la ilustración representan las cosechas, en sus troncos albergan máscaras carnavalescas de diferentes lugares, culturas y épocas. Toda la obra mezcla, solapa y hace convivir referencias culturales de distintas épocas y culturas, lo que nos hace pensar en el sincretismo cultural. Nuestras tradiciones no tienen un origen único sino múltiple.

La ausencia de color y el uso de las tramas que crean efectos de grises y sombras con casi ausencia de la mancha negra, nos hace recordar a un grabado calcográfico en buril o punta seca. El uso de la composición, dinámica, a la vez que equilibrada con fondos arquitectónicos enmarcando una escena principal y creando perspectiva nos evoca un antiguo grabado de época renacentista.

Os invitamos a sumergiros en esta obra, desentrañar las alegorías y enigmas, a la vez que os invitamos a reflexionar sobre los origenes del Carnaval y su relación con lo sagrado y lo festivo.